miércoles, 3 de diciembre de 2014

El selfie, protagonista de 2014

Adiós, espejo. Hola, selfie

El selfie ha entrado en nuestras vidas para quedarse. Hace un año casi nadie conocía esa palabra. Ahora está llamando a las puertas de la RAE. No hay viaje, concierto, cena o encuentro casual que no acabe en un autorretrato, a ser posible colectivo, que ya sabemos que la vanidad es contagiosa. El móvil es el nuevo espejito mágico. Y Twitter, Facebook y WhatsApp son el caleidoscopio. Porque una imagen vale más que mil palabras. Más, incluso, que 140 caracteres.

Este 2014 que termina pasará a la historia como el de la universalización del  selfie. El pecado original hay que atribuírselo, claro está, a los  Estados Unidos. Primero la liaron Obama, Cameron y la primera ministra danesa en el "funeral" de Mandela en diciembre pasado. Luego llegó el selfie de los Óscar, en febrero.  Hasta el tristemente famoso "fappening" -el robo de imágenes íntimas de cantantes y actrices norteamericanas- consumó el selfie como práctica sexual de riesgo.

¿Selfie o autorretrato?

Esa es la cuestión. Todavía no he oído a nadie "¿nos hacemos un autorretrato?". Menos aún "¡venga, una autofoto!". Los abuelos dicen selfie, los bebés lo pronuncian antes que "papá" o "mamá" y las embarazadas se hacen selfiegrafías. La única enemiga conocida de los selfies es Michelle Obama. Si se preguntan por qué, regresemos a la idea inicial de que una imagen vale más que mil palabras...   

En el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) no figura aún selfie. Los académicos recomiendan "autofoto" con la misma confianza con la que tu médico te insta a beber con moderación. La Fundéu propone como último remedio, si no cuajan la autofoto ni el autorretrato, que digamos selfi. Y selfis, en plural. El problema es que si yo quiero que este blog se lea en todo el mundo y siga siendo referencia en Palo Alto, los motores de búsqueda premiarán mis selfies y castigarán a los selfis por raros y por margis. El SEO (Search Engine Optimization) manda más que el CEO en la sociedad digital.

El selfie que cambió el iPhone

Los gigantes tecnológicos han reaccionado con rapidez a la cultura del selfie. Hay apps para aburrir que mejoran los autorretratos. Y los nuevos iPad 2 y iPhone 6 trajeron este año una novedad que no ha sido suficientemente valorada: su cámara frontal, la de los selfies, captura un 81 por ciento más de luz que la que montaban el iPhone 5 y el iPad Air, mejorando además la detección facial. Según la presentación que hace Apple en su web, el nuevo modo ráfaga para los selfies permite disparar 10 veces por segundo. Si John Wayne levantara la cabeza...