domingo, 12 de enero de 2014

Dr. Google: El médico en casa

¿Quién no ha tratado de resolver una duda médica buceando en Google antes o después de acudir al doctor? Hacerlo antes no entusiasma precisamente a lo médicos, que refunfuñan si intuyen que vamos con la lección aprendida. Por otro lado, acudir a los buscadores nada más salir de la consulta es una reacción natural y, probablemente, el síntoma de que la información que nos proporcionan los profesionales no es siempre la adecuada. Se trata de un remedio casero ante la falta de claridad del médico pero, como  veremos en esta nota,  también puede ser un quebradero de cabeza para el paciente. ¿Es usted fiable, doctor Google?
 
En internet hay información que puede salvar vidas. El problema es encontrarla, como es habitual en la sociedad de la sobreinformación, y filtrarla adecuadamente para no caer en las redes de charlatanes de apariencia pseudocientífica.

El 45% de las webs no son de fiar

Según un estudio realizado por los pediatras del hospital universitario de Santiago de Compostela (España), con la investigadora Leticia Pías-Peleteiro a la cabeza, el 45% de las páginas a las que nos dirige Google no son fiables. Además, el 35% de las páginas analizadas en este informe -relacionadas específicamente con la idoneidad o no de la vacunación temprana contra el virus del papiloma- no  citan las fuentes de sus consejos o informaciones. Los buscadores, según este informe compostelano, ofrecen al internauta un abanico de respuestas contradictorias: un 72,2 por ciento de las webs recomiendan la vacuna contra el papiloma o no se pronuncian en contra, frente a un 27,8% que son claramente disuasorias.

¿Qué hace el usuario? ¿Moneda al aire o encomendarse a la dictadura del porcentaje? Lo mejor, según estos investigadores, es acudir a páginas reconocibles: y la forma de reconocerlas es comprobar que basan la información en fuentes. Las benditas fuentes de las que bebe el buen periodismo. 
 
Otro informe publicado en 2012 por el ONTSI (Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones) en España arrojó resultados reveladores tras encuestar a 5.500 ciudadanos: el 48,3 por ciento de los internautas utiliza la red como fuente de información sobre la salud. Y un 29,8% reconoce que consultó al menos una página médica en la última semana.

Las mujeres consultan en internet más que los hombres, en esta materia, y los jóvenes más que los mayores. Pero lo que sorprende es la falta de fiabilidad que otorgamos a la información en la red. Los médicos son valorados con una nota de 8,42 sobre 10 como fuente creíble en materia de salud. Los farmacéuticos les siguen con un 7,44. Con notas en rojo aparecen los medios de comunicación tradicionales, con un 4,96... y finalmente internet con un 3,85. Es decir, donde esté un médico que se quite lo demás.

¿Para qué recurrimos al  Dr. Google? Según la encuesta, para encontrar información sobre enfermedades (40% de las búsquedas), nutrición, alimentación y estilos de vida saludables (16,8%) y medicamentos (16,0%).

Siete de cada diez internautas busca información sobre salud

El reciente estudio del Instituto Pew titulado "The Diagnosis Difference", va más allá y refleja cómo los pacientes contrastan lo que encuentran en internet con sus propios médicos y cómo buscan no sólo información sobre sus enfermedades y las medicinas que las curan sino sobre las experiencias personales de otros enfermos. Según la encuesta de esta prestigiosa entidad académica, el 70% de los internautas estadounidenses han buscado información sobre salud en el último año.

¿Qué es lo que más buscan? Este es el ranking de búsquedas sobre salud en Estados Unidos:

- 1º Enfermedades
- 2º Tratamientos
- 3º Formas de perder peso
- 4º Seguros médicos
- 5º Seguridad alimentaria

La búsqueda, en 8 de cada 10 casos, la inician en Google, Bing o Yahoo. Dejamos nuestra salud virtual en manos de los buscadores. Nadie con criterio nos orienta.

El 45% de la población de EEUU padece alguna enfermedad crónica. De ellos, un 53% reconoció en la encuesta que la información que encontró en internet fue lo que le hizo pensar que debía ir al médico. Internet, como decíamos antes, puede salvar vidas y ayudarnos a mejorar nuestros hábitos para hacerlos más saludables.

El 60% de los enfermos encuestados había contrastado la información que encontraron online con sus médicos. Es decir, los médicos norteamericanos están acostumbrados a hablar con sus pacientes sobre webs de salud. Casi uno de cada tres enfermos crónicos consulta webs donde otros pacientes cuentan sus experiencias. Miran pero apenas aportan: un 12% pregunta alguna vez en internet por sus padecimientos y sólo un 9% reconoce que cuenta en la red sus problemas personales de salud.

Todo gratis: no pago ni por la salud

¿Estamos dispuestos a pagar por información de calidad sobre la salud? Parece que no. En la encuesta del Pew Institute se preguntó sobre este interesante tema tanto a internautas sanos como a enfermos crónicos.

Entre los crónicos, un 30% reconoció que en algún momento se encontró con una web que les pedía un pago por seguir navegando. Su reacción fue, en un 97% de los casos, marcharse a otra página o dejar de buscar. Sólo un 2% decidió pagar.

En el caso de las personas sin enfermedades declaradas, el 23% se ha topado alguna vez con una web de pago. El 96% decidió largarse de allí inmediatamente. Un 3%, en cambio, optó por pagar por esa valiosa información de salud. 
 
¿A dónde acudo entonces?
 
Las webs de sociedades médicas (Cardiología, Medicina de Familia, Ginecología, Diabetes, Oncología, Hipertensión, etc.) y de asociaciones de enfermos se nos presentan hoy en día como las mejores referencias, así como los portales de los servicios de salud de las comunidades autónomas españolas, de la Agencia Española de Medicamentos (www.aemsp.gob/es) y del servicio de salud de EEUU www.cdc.gov/spanish 
 
A mí me gusta especialmente el estilo de páginas como www.efesalud.com (portal de salud de la Agencia EFE) y los cuidados suplementos online de periódicos como www.abc.es/salud, www.lavanguardia.com/vida/salud y www.elmundo.es/salud

La próxima vez que vaya al médico, no le pida que le explique todo, hasta el más mínimo detalle, sobre su dolencia porque lamentablemente habrá muchos pacientes en la sala de espera. Pero, ¿por qué no solicitarle al doctor un link donde ampliar mi información? Hasta ahora, en las consultas sólo nos daban fotocopias.

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